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Landing: orientación, red y desarrollo

"Dejé mi país hace cinco años y llegué a Barcelona el pasado mes de octubre", señala Jack Choung*. Durante los primeros días, recorrió la ciudad y habló con todo el que pudo para explorar posibilidades que le permitieran generar ingresos y encontrar un lugar donde vivir, pero nada salió. Así, con sus últimos ahorros, decidió comprar un saco de dormir, una tienda y una tarjeta de metro que le permitiera hacer frente a las próximas semanas en la ciudad. "Una vez tuve la tienda, no sabía a dónde ir; buscaba un lugar bien escondido y con mucha privacidad para que nadie me pudiera robar", señala. Acampó en un rincón aislado de Cornellà.

 

Seguía buscando otros recursos y opciones, cuando le hablaron del local del Raval. "Fui a cenar y vi que en las paredes del local había pizarras", explica Jack Choung, mientras afirma que fue un invitado de las cenas que hablaba ruso quien le confirmó que en ese local, además de ofrecer cenas y desayunos, también daban clases de idioma, entre otras muchas actividades. "Yo quiero vivir mi vida aquí y quiero ser parte de la comunidad de Barcelona", sostiene cuando explica que su gran prioridad es aprender castellano y catalán.

 

Pocos días después de esa primera cena, habló con la responsable del programa Landing en el punto de orientación, y en menos de una semana ya era alumno de todas las clases grupales de castellano que ofrece la Fundación. "Pregunté si podía ir todos los días, de martes a sábado, y me dijeron que sí, y así lo estoy haciendo", explica Jack Choung con una sonrisa, al tiempo que admite que justo ahora ha empezado también a ir a el Aula de Lectura y dar clases individuales de repaso con Xavier, voluntario de idioma.

 

"También me invitaron a participar en otras actividades lúdicas y voluntariados corporativos", señala, remarcando que éstas no sólo le permitieron hacer red con personas locales, sino que fueron clave para conocer a otros jóvenes del programa Landing en situación de sinhogarismo y crear con ellos un fuerte vínculo de soporte. "Compartíamos mesa en las cenas y desayunos del Raval ya la vez consejos para hacer frente a nuestro día a día en Barcelona", destaca.

 

"Fue Achraf quien me habló de las casas de acogida BACstation, una noche que ya empezaba a hacer mucho frío", explica, aunque admite que no tenía demasiadas esperanzas de conseguir plaza porque hay muchos jóvenes viviendo en la calle. Sin embargo, pocas semanas después recibió un mensaje que tuvo que releer más de dos veces para acabar de creer que era real. "Al día siguiente ya podía dormir en la BACstation", explica, recordando el contenido del mensaje.

 

"Ahora ya tengo una casa y eso me permite concentrarme en mi futuro", afirma haciendo una comparativa con lo que es vivir en la calle, donde debía destinar sus energías a buscar lugares donde comer, donde ducharse y donde estar caliente. "El acompañamiento de BarcelonActua es un ascensor social, me ha dado oportunidades para estar al mismo nivel que las personas locales y para formar parte de la comunidad. Ahora puedo empezar mi vida", remarca. Desde su llegada, tenía claro que quería estudiar. Hoy ya tiene preparado un plan de acción con todos los pasos que debe seguir para matricularse en estudios superiores y conseguir un trabajo de alto valor añadido en su ciudad, Barcelona.

 

*El nombre se ha modificado para proteger la intimidad de la persona

Jack Choung