Acoger para dar una oportunidad
"Por suerte, por las noches podía dormir en una casa desocupada con otros chicos que como yo estaban en situación de calle. No era nada seguro, pero la calle lo era menos", explica Khalid. Llegó a Barcelona en busca de oportunidades que hasta entonces no se le habían dado. Tenía clarísimo que quería hacer las cosas bien, y el primer paso era aprender el idioma para poder continuar sus estudios.
Khalid se presentó en la sede de BarcelonActua pensando que podría encontrar plaza para asistir a los cursos de catalán y castellano, pero durante la entrevista de primera acogida se dio cuenta de que no sólo podría dar clases, sino que “aquí podía encontrar un hogar ", afirma.
Empezó con clases de castellano y un curso de jardinería, y pocos días después le hablaron del programa Referentes. "Me gustó muchísimo la idea de que alguien que conoce la ciudad pudiera hacerme un acompañamiento", admite con seguridad. Diez días más tarde, ya tenía el contacto de Helena, su nueva referente.
"Al cabo de cinco minutos de que me informaran de que habían encontrado a un chico al que podría acompañar, recibí un mensaje de Khalid, presentándose y preguntándome cómo estaba", explica Helena con una sonrisa contagiosa. Ese mismo día se encontraron. Era un martes de febrero y él esperaba sentado en la plaza Gal·la Placídia. "Antes incluso de verla, ya confiaba plenamente en ella", asegura Khalid.
A partir de ese día, cada martes se encontraban. Hablaban y compartían experiencias, y en muy poco tiempo crearon un vínculo muy fuerte. Khalid conoció al marido de Helena y sus dos hijas pequeñas, y los martes se convirtieron en fines de semana y vacaciones en familia.
"Pocos meses después de entrar a vivir en la casa de acogida BACstation de Vallcarca, vi un vídeo sobre el programa Familias BACacogida", explica Khalid con una sonrisa tímida mientras asegura que en ese momento lo tuvo claro. "La BACstation es un lugar donde han confiado en mí y donde puedo vivir tranquilo. Y eso tiene mucho valor porque no debemos olvidarnos de todas las personas que siguen durmiendo en la calle todos los días. Pero pensé que en una familia de acogida podría mejorar mucho más rápido el idioma y seguir estudiando", explica.
"Khalid me explicó que estaba en lista de espera para poder encontrar una familia de acogida. Y no sé ni cómo fue, pero después de hablar con mi marido y las niñas, le propuse si quería venir a vivir en nuestra casa", explica Helena con una carcajada dulce. Khalid no dudó ni un segundo. Lo tenía clarísimo. "Será un sueño", afirmaba con emoción.
"Helena es la persona que está más cerca de mi corazón y de mi mente. Ella, su marido y sus hijas", explica Khalid. La estima que expresa es incalculable, pero ésta no es unidireccional. "Fue un gran cambio y un reto, pero ganas mucho. Nos ha enseñado muchísimas cosas. Es cariñoso, educado, escucha y te sabe sacar de un momento malo. Es de esas personas que quieres cerca de ti y de las tuyas hijas", confiesa Helena con ternura.
El programa Familias BACacogida tiene como objetivo garantizar las necesidades básicas de alojamiento y manutención de los alumnos BAC a través de la convivencia directa con una persona voluntaria. Pero a menudo va mucho más allá. "Para mí, ya no somos una familia de acogida, somos una familia. Yo no tenía hermanas, y ahora tengo dos. Y Helena y Romà son mis padres aquí, en Barcelona", afirma Khalid a la vez que admite que el mejor momento del día es siempre cuando está con todos ellos.
Helena lo suscribe, y consciente de que cuando mire atrás podrá revivir una época muy bonita, asegura que "nadie debería dejar de acoger por miedo". Tiene claro que la familia no debe ser de sangre, que somos nosotros quienes la elegimos, y que debemos confiar en nuestra intuición. "Yo confié, y ahora Khalid es parte de nuestra vida", recalca. "Acoger es algo muy bonito. Y también es dar una oportunidad a alguien que no lo ha tenido. Y eso nunca se olvida", añade con firmeza Khalid.